La ferrería de El Pobal

Uno de los ejemplos más característicos de supervivencia y adaptación a la demanda de cada época lo constituye la terrería hidráulica de El Pobal cuya fecha de puesta en funcionamiento no hemos podido determinar y que fue la última en dejar de funcionar en Vizcaya. Según la tradición con la llama de su fragua se encendió la antorcha que transportada a pie, por "Chácula" hasta el Desierto en Baracaldo se puso en marcha el horno de Nuestra Señora del Carmen. Al cesar la actividad típicamente terrona en sus instalaciones continuó la fabricación de herramientas.

Al desarrollo de la terrería de El Pobal, al igual que el de otro buen número de las de nuestro País, contribuyeron la disponibilidad de mine-ral de muy buena calidad y la abundancia de recursos forestales, asentándose junto al río Barbadun, también conocido como Mayor, en el término municipal de Muskiz, siendo de propiedad de la nobleza local, junto al molino y la casa del que la formaba parte. Su explotación se llevó a cabo directamente por sus dueños o mediante arrendamiento a terceros.

El PobalVista de la ferrería de El Pobal.

La propiedad de el Pobal sufrió diversos cambios hasta que en 1619 fue adquirida por la viuda de Pedro Salazar Muñatones por 3.000 ducados (1.122.000 maravedíes). Al no poder hacer frente a los pagos ni ella ni sus herederos, se sacó a pública subasta (1) siendo el mejor postor Simón de Orcajitas que a su vez la vendió en 1696 a Simón de la Cuadra a cuyo mayorazgo quedo vinculada. Sus dos transacciones más recientes son las de Manuel Ordoñez de Barraicua y Pérez de Table, Marqués de Villanas a favor de los cónyuges Felipe Pérez y Emilia Ibarrondo el 23 de mayo de 1942 por 81.000 ptas., según el contrato de compra-venta, aunque parece que el pago real dobló esta cantidad. En 1990, la Diputación Foral de Vizcaya expropió a los Pérez Ibarrondo la finca y sus pertenecidos, en la que actualmente se está llevando a cabo una importante obra de rehabilitación.

Los arrendatarios también han sido numerosos desde Simón de Cuadra (1685) y que posteriormente compró la ferrería, como ya hemos señalado, hasta la familia Ibarra que en 1827 constituyó una sociedad (Ibarra, Mier y Compañía) que explotó el Pobal y que tras una modificación estatutaria puso en marcha la Fábrica de Hierro de Nuestra Señora de la Merced de Guriezo. También los Pérez Ibarrondo explotaron un alquiler de el Pobal hasta su compra.

En el interior de la ferreríaEn el interior de la ferrería. En primer término labores de forja. Al fondo un trabajador controlando el paso del agua que determina la velocidad del martillo.

La estructura de la ferrería de El Pobal, es similar al resto de las de nuestro país.

Dispone de un edificio alto de paredes de mampostería de piedra y tejado de estructura de madera cubierta de teja. Aguas arriba se ubicaba la presa construida con bloques de sillería y que desviaba el agua del rio a un canal que lo conducía a la antepara o depósito elevado adosado al edificio principal. En sus últimos años de funcionamiento tenía concedido un aprovechamiento (1958) de 220 litros/segundo.

Bajo la antepara se situaban las ruedas hidráulicas construidas en madera y unidas a un grueso eje del mismo material. La que accionaba elmartillo tenía doce palas lisas y estaba unida a un eje metálico que sustituyó al anterior de madera en los últimos años de funcionamiento.

El movimiento de giro se transmitía al interior del edificio a través del eje citado sobre el que se situaba un cilindro o tambor de madera, reforzado por zunchos o aros metálicos apretados con cuñas y llantas metálicas introducidas entre ellos y la madera. En este tambor se incrustaban unas levas de hierro, los malobreros, en forma de diente que al girar con su tambor empujaban hacia abajo el extremo del martillo, que estaba formado por un mango o grueso tronco de árbol que en los últimos años fue de acacia y que giraba sobre dos muñones sujetados en la parte central, algo desplazados hacia el extremo posterior.

Rueda hidráulicaRueda hidráulica y eje de accionamiento del martillo.

En la parte anterior estaba fijada la maza, de unos 300 kgs. de peso, y que al oscilar el martillo golpeaba sobre el yunque o chabota de acero fundido y cimentado sobre un emparrillado de maderos

Junto al martillo debió estar instalado el horno donde se calentaba el material a forjar y que en la década de los años cuarenta fue sustituido por un horno de cámara, de estructura metálica y paredes de ladrillo refractario, alimentado por fuel-oil.

Para insuflar aire se utilizaron dos cilindros que funcionaban alternativamente, los "soplantes", consistentes cada uno en una columna rectangular formada por tres piedras superpuestas y a las que se había tallado, vaciándolas en su interior un cilindro de unos 50 cm. de diámetro, por el que se desplazaba arriba y abajo un pistón de madera que impulsaba el aire cuya entrada y salida se regulaba con sendas válvulas consiguiéndose un buen ajuste entre pistón y paredes de piedra con unos discos de cuero unidos al primero.

Interior de la ferreríaInterior de la ferrería hacia 1950. A la izquierda Angel Pérez ¡barrando templando piezas junto a sus hermanos Antonio, a la derecha, y detrás suyo José Mª.

Ambos pistones impulsores del aire eran también conocidos por los trabajadores de El Pobal, como las "barquineras", y estaban accionadas por una rueda hidráulica que giraba a un número de revoluciones inferior a la del martillo y cuyo movimiento también accionaba una piedra abrasiva en forma de disco, a través de un sistema de poleas y correas de cuero.

Junto a la nave principal del martillo hidráulico existía el taller de forja manual de las mismas características constructivas que disponía de una gran fragua central con cuatro huecos y sus respectivos yunques. Al lado de este edificio se levantó otro de nueva planta donde se instaló un molino de grano accionado también hidráulicamente. La casa para los que trabajaban en la ferrería, y las carboneras completaban la instalación.

En la década de los años cuarenta se instaló, aprovechando la infraestructura hidráulica, una turbina de 20 C.V. que movía un alternador produciendo electricidad. Asimismo y por medio de ejes y engranes se utilizaba para accionar las piedras del molino harinero.

Detalle de los nombres dados en El Pobal a las distintas partes del martilloDetalle de los nombres dados en El Pobal a las distintas partes del martillo.

 En el arrendamiento de la ferrería, el propietario entregaba la instalación con toda la maquinaria y utillaje al arrendatario, el cual había de devolverlos en el momento de la finalización del contrato. En 1690, Simón de la Quadra, arrendatario de El Pobal, hizo una declaración de las herramientas que había en la ferrería:

"Cuatro tablas de barquín con sus dos cañones y dos cueros viejos que estaban sueltos con la clavazón de los barquines; una palanca mayor; unas barricas mayores; dos picahos de barquinerados; escamelas con sus argoles y cabillas; dos picahos; una cadena; dos pesos con sus balanzas, uno para pesar hierro y el otro para la vena con dos pesos de quintal (uno de piedra con su argolla y el otro un tocho); una banda de hierro de la tobera; unas tenazas de repitar; otras de cabear; unas tenazas de corbatos; dos tenazas; unas corbas;: dos palancas de hundir y rehundir; dos picachos de hierro; un rodillo de hierro; una porra mayor; dos tajaderas; una tobera; boga; yunque; tres zellos de mango"(1).

 

(1) Muskiz. Martina Eguia Calle. Monografías de pueblos de Vizcaya. Bizkaiko Foru Aldundia, 1995.