Hachas

Las hachas, otro de los productos obtenidos en la ferrería de El Pobal, se forjaban de una sola pieza, a diferencia del sistema empleado por otros fabricantes del País principalmente en Gipuzkoa y Nafarroa.

Se partía de un tocho de acero que había sido cortado de la barra en caliente, utilizando una tajadera golpeada por el mazo hidráulico. Esta pieza se calentaba a temperatura de forja en la fragua y se estiraba y aplanaba en el martillo accionado hidráulicamente, sujetándola con unas tenazas.

Una vez obtenidas las piezas en bruto, con la forma aproximada, se pasaba al local de fraguas menores y allí de nuevo se calentaban para alisarlas y darles las formas definitivas, obteniendo las caras planas en caliente, sobre el yunque. El trabajo lo ejecutaban al igual que con el picachón y la azada, por dos forjadores. Uno sujetaba la pieza con tenazas y colocaba la plana sobre la misma y el otro golpeaba con la maza.

Seguidamente también en caliente sobre el yunque se sacaba el ojo perforando con varios punzones golpeados a mano, de forma que progresivamente se iba abriendo el material, hasta conseguir el ojo deseado cuyas medidas y forma se correspondían con la del último punzón introducido, pasándose al desbastado con la piedra circular de arenisca. A continuación se templaban, para lo que se calentaba únicamente el filo, que se introducía en agua fría con lo que se conseguía templar solamente esta parte de la herramienta fabricada.

Finalmente las hachas se terminaban eliminando las irregularidades que presentaban sus superficies con la muela circular de arenisca.

hachasJulen Zabaleta describe de esta forma la fabricación de hachas.