Jose Luis Landa

José Luis Landa Ibarguren (Iraeta. Zestoa, Gipuzkoa 1958) cursó los estudios iniciales en Arroa-goikoa para pasar a los 14 años a los Franciscanos de Zarauz, donde permaneció hasta los diecinueve.Tras el bachillerato, obtuvo la titulación en electricidad (FP).

El negocio familiar, el conocido y bien valorado bar – restaurante Landa de Iraeta, era lugar frecuentado por afamados pelotaris y deportistas de "herri – kirolak" y donde habitualmente se acordaban apuestas, siendo su padre José, el depositario de las cantidades en juego. Estas circunstancias pudieron hacer que José Luis optara por el oficio de corredor de apuestas, si bien es cierto que siempre "ha vivido" la profesión con intensidad. Es oportuno recordar que incluso profesionales con experiencia han acabado dejando esta actividad a la que no acababan de adaptarse.

Debutó como corredor de apuestas en el frontón Odieta de Zumaia en 1986 por lo que próximamente va a cumplir 25 años en el oficio. Actualmente los corredores tienen la condición de autónomos, necesitando para el desempeño de su actividad la correspondiente licencia fiscal aunque en "herri – kirolak" también se les exige licencia de la Federación. En el juego de pelota en el frontón las empresas tienen sus plantillas de corredores; en las principales Aspe 9, y Asegarce 8. Los corretajes habituales son del 16%. En "herri – kirolak" se mantiene el 12% en su totalidad para el corredor, si bien les cobran generalmente "el doble" la entrada al recinto donde se celebre la prueba.

La traviesa actual en los frontones es de 100 euros.

José Luis entiende que en nuestro país las diferencias sobre cualquier hecho o capacidades propias o de terceros acaban casi siempre en una apuesta, sea una comida, cena o dinero. Esto ocurría también en el pasado entre los propietarios de caseríos en relación con las posibilidades de sus bueyes o levantamiento de piedra y corte de troncos. No es casual que un gran número de trabajos cotidianos hayan acabado en pruebas deportivas.

Señala que actualmente apuestan una parte reducida de los espectadores que acuden al frontón pues junto a nuestra timidez, sigue preocupando el "que dirán". Al inicio de un partido o desafío los corredores fijan los momios inicialmente pero luego depende del desarrollo de la prueba y de la opinión de los apostantes.

El "punto", entendido como el apostante que juega cantidades destacables, es la parte importante en las apuestas, siendo fundamental la confianza de estos con los corredores. También hay personas que encargan a un corredor que juegue por su cuenta una determinada cantidad. Desde la generalización del uso del teléfono móvil, las llamadas telefónicas al corredor durante el transcurso de un partido se ha estabilizado o disminuido.

Los corredores de apuestas en su mayoría solo desempeñan este oficio aunque en algunos casos lo compaginan con otras actividades. Al ser reducido su número no están agrupados en ninguna asociación.

Como en cualquier otro oficio la personalidad de cada corredor se manifiesta en su trabajo, pero es obligado que sea "buen psicólogo" para hacerse respetar y saber a quién aceptar una apuesta, pues no hay que olvidarse de que son responsables de pagar al ganador, aunque el perdedor no se haga cargo de su deuda. También es importante distinguir entre el que juega dentro de sus posibilidades y la víctima de su dependencia del juego así como saber tratar las reacciones de los perdedores. José Luis entiende que las apuestas "on line" pueden llegar a ser beneficiosas.

Considera que Koteto Ezkurra, en remonte, ha marcado claras diferencias y en la pelota a mano destaca la profesionalidad de Titin III y Retegui II, así como la elegancia de Oreja III, Olaizola II e Irujo entre los delanteros y Ladis Galarza en los zagueros.

Los consejos y aportaciones de Javier Carballo han sido fundamentales para la redacción de este trabajo.