Maria Lourdes Esnaola

Según las informaciones que hemos podido encontrar en la historia de los corredores de apuestas, únicamente una mujer ha desempeñado este oficio, lo que refleja su destacable personalidad, al tener que desenvolverse en un "mundo de hombres".

Se trata de María Lourdes Esnaola Etcheverry (Deba-Gipuzkoa 1950), que desde su juventud sintió una fuerte inclinación por el deporte de pelota a mano. Su relación con los frontones, más allá de su condición de espectadora, se inició con el de Mutriku, de cuya administración económica se hizo cargo, lo que se vio facilitado al ser su padre, José, uno de los participantes en la sociedad que explotaba este frontón.

Maria Lourdes EsnaolaMaría Lourdes Esnaola en su época de corredora de apuestas.

A finales de 1984, solicitó a la Federación de Pelota autorización para actuar como corredora de apuestas, lo que le fue concedido prácticamente un mes más tarde. Actuó como tal en el frontón de Mutriku, durante 1985, en partidos de pelota a mano, dejando esta actividad por el volumen que iban alcanzando los impagados, es decir, los apostantes que no pagaban las cantidades que habían perdido y que la corredora tenía que abonar a los ganadores.

Guarda un buen recuerdo del tiempo que actuó como corredora de apuestas. Señala que acudían al frontón gente que ella consideraba de cierta edad, que participaban activamente en las apuestas y que siempre le trataron correctamente. Las apuestas más habituales en la época eran de mil pesetas entre la gente de cierta edad. Además, estaban los "puntos", los que más contribuían al volumen de las traviesas.

En Mutriku no era habitual que acudieran mujeres, pero la experiencia de María Lourdes en otros frontones, le permite afirmar que el papel de la mujer era el de acompañante, no el de aficionada.