Los tallistas de alabastro

En las obras de alabastro influyen, básicamente, la calidad de la piedra (colorido, tonalidades, vetas, etc.) y la destreza del artista o artesano, que ven facilitada su labor por la, relativamente, menor dureza de esta piedra (entre 2,2 a 2,7 de la escala de Mohs), lo que permite trabajar sobre la misma con cierta facilidad.

Los más destacados escultores y artesanos han utilizado el alabastro en el pasado, como lo atestiguan numerosas esculturas, altares, recipientes, así como su notable uso en la construcción. Los antiguos cinceladores "verdaderos escultores" tenían que desbastar, bosquejar y tallar la obra, lo que requería "gran práctica, mucha paciencia y gran esmero", para lo que utilizaban, como ya hemos señalado, diversas herramientas conocidas como "los hierros".

Actualmente, artistas reconocidos, entre otros Eduardo Chillida, siguen utilizando esta piedra en sus obras.

Pero también son destacables tallistas del alabastro, cuyas obras, de diseño propio, están entre la escultura y la artesanía. Inician su tarea definiendo en un boceto las características básicas de la figura u objeto que desean obtener, para pasar a preparar una plantilla. Seguidamente, utilizando unos "serrones" (sierras grandes en vaivén), desbrozan el bloque de alabastro hasta dejarlo a las medidas adecuadas (por encima de las finales), para a continuación, con la plantilla marcar el alabastro, lo que sirve de guía para cortar "los sobrantes" con una sierra de punta como las de los carpinteros. Finalizan con unos cinceles, formones, gubias y martillo neumático, "desembastando" hasta lograr la figura u objeto deseado, que se termina alisando con "broquicas" (brocas).

En las empresas dedicadas a la transformación del alabastro, después del torneado, únicamente las llamadas "piezas talladas" pasan a los trabajadores especialistas "los tallistas", los cuales realizan sobre las mismas, diversas clases de adornos (relieves, figuras, floreados, entre otros), lo que requiere habilidad y experiencia. Utilizan, básicamente, el martillo neumático con distintas clases de fresas que llaman “brocas”, así como con gubias y formones.

La gran competencia en precios en esta actividad está afectando negativamente a "las piezas talladas" de mayor contenido artesanal y coste. Actualmente, solo un muy reducido número de tallistas reúnen conocimientos y experiencia para trasladar al alabastro dibujos o fotografías complejas, limitándose los restantes (unos doce o quince), a copiar dibujos anteriores. Entre los tallistas, y además con notoria capacidad, es tradicional la presencia de mujeres.

El aprendizaje de los tallistas se ha llevado a cabo por observación de los especialistas y, duraba entre uno y dos años, según las capacidades personales, pues la Escuela de Aprendices Artesanos de Alabastro, que llegó a ponerse en marcha no tuvo continuidad. A efectos laborales, estos especialistas han tenido la cualificación de oficiales.