Tallistas de alabastro

El alabastro es una variedad de piedra blanca, que con frecuencia se presenta en diversas tonalidades y con vetas de colores. Este sulfato cálcico hidratado, que una vez desecado se transforma en yeso, a veces traslúcido, que es relativamente blando y de apariencia marmórea, es conocido desde la antigüedad, habiéndose utilizado también el nombre de onyx, debido a su parecido con el ágata ónice.

Una vez extraído de las canteras, su transformación en elementos decorativos o de adorno, así como recipientes - la alabastrofía o arte de trabajar el alabastro -, requirió en el pasado especialistas muy cualificados que conseguían verdaderas obras de arte. Entre los mismos, destacan los llamados cinceladores, que utilizaban diversas herramientas "los hierros", los adornistas y los pulidores, que terminaban las obras mediante las operaciones de asperonar, apomazar, abrillantar y suavizar, para lo que empleaban diversos productos como el asperón, la piedra pómez y trapos, además de polvos de esmeril y limaduras de hierro.

Esta piedra ha seguido utilizándose, con los lógicos altibajos derivados de los gustos y tendencias de cada época y su trabajo se ha mecanizado, aunque en buena medida, sigue siendo marcadamente artesanal, conservándose tecnologías tradicionales.

En las últimas décadas, la transformación del alabastro en variedad de productos, de los que gran parte además de una utilidad concreta, tienen fines decorativos, se ha concentrado en la villa navarra de Cintruénigo, donde siguen manteniéndose algunos oficios, como los tallistas, que requirieron habilidad y experiencia.

Antigua máquina de aserradoAntigua máquina de aserrado (Cedida por Alabastros Aljuna).