Un par de zapatos cada dos días

Los zapateros se abastecían de los materiales necesarios (diversas clases de cuero, clavos, cuerdas de lino, etc.) generalmente de almacenes de Bilbao, necesitando dos días de trabajo con dedicación exclusiva y jornada de once horas para fabricar un par de zapatos de tipo medio.

Hacia 1.950 los zapateros cobraban unas 90 pesetas por un par de zapatos nuevos lo que subió a. 300 una década más tarde. Pero seguía siendo un oficio mal pagado y según nos dijo un viejo artesano "en ocasiones costaba mucho cobrar los trabajos ya que confiabas en la gente que se llevaba el género y luego no pagaba o simplemente no venía a recoger lo que encargaban. Había meses que ganaba la tercera parte de un oficial en las fábricas de la zona por lo que después de trabajar más de doce horas diarias la familia tenía que vivir humildemente obligando a la mujer a trabajar de interina".

En la década de los años setenta se aceleró la desaparición de la fabricación de calzado a medida limitándose a las reparaciones y otros trabajos relacionados con el cuero. En 1982 colocar una suela y un tacón se i cobraba entre 150 a 200 pesetas y en el caso de que únicamente fuera esta última 100 pesetas.

Cedula