Los protagonistas

Primer informante

Nuestro primer informante nos indica que la primera tarea es conocer la predicción sobre las mareas, siendo la más deseable ola de unos 0,50-1 m., así como observar el lugar concreto donde se va a recoger percebes, una zona en torno a Ulia desde el Barrio de Sagués en San Sebastián hasta Pasajes de San Pedro. El acceso desde la parte superior del monte al paraje de recogida requiere unos 40 minutos y del orden de 60 el retorno,habitualmente cargado con los percebes pescados. Es conveniente el arranque de la recogida en zona intermareal una hora antes del comienzo de la bajamar y continuar como máximo hasta un cuarto de hora después del inicio de la subida.

Con frecuencia pesca con un compañero, aunque en no pocas ocasiones debe hacerlo solo ante la imposibilidad de acudir de su pareja. La función básica de este es avisar de cualquier anormalidad y en concreto del oleaje más fuerte o imprevisto. Como es conocido, a los 30 o 40 minutos del inicio de la subida, tras tres olas que tienen una especial fuerza, le siguen otras más suaves.

Viste traje de neopreno que dura únicamente unos seis meses por los cortes que se producen al rozar con las rocas y botas de monte con la suela muy marcada “que se adhieren mejor a las rocas que las zapatillas de esparto” a las que van sustituyendo. Al cinturón del traje se añade otro de cuerda ante la posibilidad de que se produzca alguna ruptura y al que se adhiere una bolsa de red donde se depositan los percebes que se recogen. Asimismo, el pescador va provisto de una rasqueta de mano de punta afilada para separar los crustáceos de la roca, cuando no es posible hacerlo con la mano, por ejemplo, dentro de las hendiduras de las rocas. Igualmente lleva un cazo con mango alargado para recoger los percebes separados, que de otra forma, se perderían entre las peñas. Hay que añadir las gafas que se utilizan para avanzar en el agua en la búsqueda de nuevas colonias en los huecos de las rocas.

Este pescador suele distinguir entre el llamado percebe de agua y que por su posición sobre la roca en una hendidura o agujero nunca está expuesto al sol y suele tener un color marrón claro y la cabeza o uña, como todas las de su especie, roja. Por el contrario, el que le da el sol suele ser negro y por último el que recibe agua dulce, de la lluvia, y salada de las olas del mar y también en ocasiones el efecto del sol. Al llevarse a cabo la recogida, el pescador no recoge los percebes de 1,5 cm., ya que en tres o cuatro meses suelen crecer hasta los 3 cm., momento en el que puede volver el pescador a esta zona. En una jornada favorable en una hora y cuarto o una hora y media puede obtener entre 5 y 7 kgs. de este sabroso y valorado crustáceo.

Aunque el informante vende solo a particulares, entiende que el percebe adulto de nuestra zona mide unos 4 cm., aunque los de 1 cm. menos y de mayor grosor son más apreciados por los restaurantes, vendiéndose a unos 40/50 € el kilogramo, si bien en la época navideña los precios suben con fuerza hasta 90/100 €. Si el percebe se separa adecuadamente de la roca a la que está adherido puede permanecer vivo tres o cuatro días. La mayoría de los “perceberos” aún cumpliendo los requisitos legales requeridos para ejercer esta actividad, destinan los recursos económicos que obtienen a complementar los de su actividad profesional, permitiéndose recoger un kilo de percebes los meses cuya denominación no tiene “r”, estando vedadas las capturas cuando la tienen. Es frecuente que pesquen pulpos que se les acercan atraídos por el color blanco de las suelas de las botas.

Nuestro informante entiende que para el éxito en la recogida de percebes deben darse al menos tres condiciones. Por un lado que te guste el oficio, por otro una buena condición física y por último un gran conocimiento del lugar donde se practica este arriesgado trabajo.

Aparejos

 

Segundo informante

Nuestro segundo informante pesca percebes en la zona costera entre Jaizkibel y Pasajes. El acceso al lugar concreto a pie desde el monte requiere unos 40 minutos y al regreso del orden de 60. Habitualmente van a la recogida dos personas que una vez en el lugar concreto cada uno lleva a cabo el trabajo de manera autónoma si bien se protegen mutuamente. Se viste con traje de neopreno, cuya duración depende del grosor del material con el que esté confeccionado pero que no llega a superar el año. Asimismo lleva guantes de goma que permiten el tacto adecuado y zapatilla de plástico con buena adhesión a las rocas. También es necesario contar con calzado más conveniente para bajar y subir del monte a las rocas. También va provisto de gafas con luz y la necesaria pila para observar el interior de las grietas y resquicios de las rocas.

Entre las herramientas del pescador figuran la rasqueta un poco curva que mediante una cuerda que atraviesa el agujero de su mango se sujeta a la muñeca mediante su regulación lo que hace mucho más difícil su pérdida. También es portador de una bolsa de red con aberturas relativamente pequeñas colgando del cuello y donde depositará los crustáceos que vaya recogiendo. Aunque lo normal es recoger a mano los percebes separados de las rocas con la ayuda de la rasqueta, como quiera que no siempre es posible también lleva un cazo de mango alargado para recoger los percebes y evitar su pérdida.

En ocasiones se acercan al lugar concreto de pesca en embarcación a remo o motor llevando a bordo “un txintxorro” que utilizan para acercarse a la costa dejándolo sobre una roca el tiempo que emplean en la recogida de percebes.

Es importante reiterar la necesidad de actuar “con gran respeto al mar” y en consecuencia tener en cuanta las predicciones sobre las mareas “el coeficiente” y la altura de las olas. La luna creciente y la llena parecen las más favorables para la pesca de los mejores percebes en torno a Semana Santa que crecen y engordan en abril/mayo lo contrario de lo que ocurre en agosto. Entiende nuestro informante que puede iniciarse la pesca hora y media antes de bajamar y entorno a una hora después de empezar a subir aunque depende de la situación del mar.

Considera como una buena pesca entre los ocho y diez Kgs. aunque varían sustancialmente de unos a otros pescadores.

Los precios varían según la clase de percebes y la época del año pero pueden llegar a unos 65 € el kg. aunque son frecuentes compra / ventas de precios más reducido. En nuestro país no es posible una vida digna únicamente con los ingresos derivados de la pesca del percebe.

 

Bibliografía principal

  • Merino, José María “La pesca desde la prehistoria hasta nuestros días”. Gobierno Vasco 1986.
  • Lotina Benguria, Roberto “Mariscos y especies afines”, Diputación Foral de Bizkaia 1992.
  • Desport, Gilbert “Lóperne/El percebe”, Federación de Cofradías Gastronómics (Fecoga) 1995.