Porteros

Las funciones de estos trabajadores variaban en razón del tamaño de las empresas y hasta de los hábitos que se han ido creando con el transcurso de los años.

En las empresas de cierta entidad,  eran los encargados de la vigilancia de las entradas y salidas de personas y materiales de las empresas. Instalados en "la portería" que podía ser una garita o una sólida construcción, estaban considerados "de confianza" de la Dirección, que en las primeras décadas de la posguerra casi siempre coincidía con los propietarios. Se elegían entre los trabajadores más independientes siendo su formación muy sencilla (simple observación de otro portero) y estaban investidos de cierta autoridad recordando su traje gris al de la Policía armada de la época. En ocasiones portaban una chapa metálica adherida a una correa que llevaban a modo de bandolera. Su nombramiento empezó a complicarse cuando en algunos lugares, jubilados, sobre todo de la Guardia Civil o caballeros mutilados optaron a estos puestos. En algunos casos, este trabajo lo desempeñaban guardas jurados.

Con el transcurso del tiempo fueron los discapacitados y los reubicados los que se ocuparon de este trabajo.

Portería de la CAFAl fondo, mano derecha, Portería de la Compañía Auxiliar de Ferrocarriles S.A. (CAF) hacia 1915 (Cedida por Fernando Laborde).

Una de las tareas iniciales era el control de las entradas de los trabajadores. Cada uno tenía asignada una chapa numerada que pendía colgada en un tablero y que el trabajador debía retirar antes de la hora de entrada, siendo el portero el responsable de  aislar las chapas, lo que dejaba en evidencia a los que no habían llegado a la hora, lo que suponía una sanción, sobre todo en los casos de reincidencia. A la salida se realizaba la operación inversa. En algún caso, un lado de la chapa se pintaba de color rojo, a la que el trabajador únicamente le daba la vuelta, evitándose de esta forma los riesgos de su pérdida. En algunos casos (gohierri) los trabajadores recogían la chapa a la salida llevandola consigo y reintegrándola a la entrada, al día siguiente. A mediados de los años sesenta llegaron los relojes y las fichas.

También era uno de los responsables de evitar robos y sustracciones teniendo en ocasiones que cachear a un porcentaje de los trabajadores que salían de la empresa o bien éstos estaban obligados a apretar un botón y aleatoriamente se encendía una luz roja siendo registrado el que la había provocado.

También recibían en la portería los alimentos que entregaban los familiares de los trabajadores "a relevo" y los hacían llegar a los destinatarios, dependiendo de su voluntad la introducción en las empresas de las prohibidas bebidas alcohólicas, También era el receptor y trasmisor de los recados del exterior, en algunos casos urgentes (fallecimientos, accidentes, enfermedades, etc.).

Pero quizás su mayor responsabilidad era en el control de entradas y salidas de materiales y mercancías. En el primer caso y hasta los años sesenta llegaban en carros tirados por caballerías, que lo transportaban de las estaciones del ferrocarril y salían por el mismo medio de transporte y al mismo destino.

Con las ordenanzas laborales los porteros aparecían como una categoría profesional diferenciada con una retribución mínima en la década de los sesenta de 12,5 pts./día, por encima de un peón especialista (10,5) y por debajo de un oficial de tercera (13,0) o de un encargado (17,5). La percepción real era superior.

Portería de Estarta y Ecenarro S.A.Portería de Estarta y Ecenarro S.A. (SIGMA) de Elgoibar. Dibujo de Julen Zabaleta.