El relevo

Su hijo Ricardo (Boadilla del Camino. Palencia. 1958), llegó a Legazpi con un año, incorporándose a Patricio Echeverría (Bellota) a los catorce años e inició el aprendizaje del oficio de herrero junto a su padre, realizando las mismas labores. Con el paso del tiempo, los restantes herreros se fueron jubilando, llegando a ser el único profesional que desempeñaba esta labor, con la categoría de oficial de primera.

En 1990, como consecuencia de los procesos de remodelación y ajustes en la empresa, la sección de herrería fue suprimida, y Ricardo Mediavilla estableció su propio taller de forja adquiriendo la maquinaria e instalaciones que utilizaba en la fábrica, y se dedicó a la producción de tenazas de forjador sobre pedido y a la medida de las necesidades del cliente, que son demandadas por las industrias de forja por estampación de la zona, así como rejería artística y otros trabajos similares. Todo ello lo realiza siguiendo las técnicas y métodos de trabajo tradicionales de los herreros artesanos.

Los Mediavilla constituyen un buen ejemplo de la emigración cualificada que llegó a Gipuzkoa las décadas de los años sesenta y setenta del siglo pasado y que supieron adaptarse al nuevo contexto en que tuvieron que desenvolverse, acabando por crear una pequeña empresa.

Forjador en su tallerEl forjador en su taller junto a la fragua. En el centro el yunque y a la derecha el martinete de ballesta, con el cual golpea y da forma al hierro. A la izquierda en primer plano gran cantidad de tenazas de diversas formas y tamaños que permiten al artesano manipular con facilidad los materiales, eligiendo en cada caso los más convenientes. (José Mª Izaga 07/2001).