Simbolismo de las tejas

Han sido numerosos los estudiosos, y de manera singular J.M. Barandiaran, los que han recogido las propiedades que las creencias populares han atribuido a las tejas.

Entre otras destacan que, como quiera que cuando la mujer paría no podía salir de su casa hasta hacer "la entráctica" en la iglesia, presentando a su hijo (tenía que purificarse), si por cualquier circunstancia tenía que abandonar su hogar (por una urgencia, a la huerta, etc.), lo hacía con una teja sobre la cabeza, con lo que "seguía" dentro de la vivienda.

Las tejas han sido también símbolo de propiedad (lo que está bajo teja tiene dueño). Esto explica que en las precisas reglamentaciones de los terrenos comunales se prohiba cubrir con tejas las chabolas de los pastores, que únicamente las tenían en usufructo por un tiempo determinado.

Asimismo a los niños que morían sin haber sido bautizados, se les enterraba bajo el alero de la casa, en la creencia de que seguían detro de la misma (bajo las tejas) y que el agua de la lluvia que caía sobre la sepultura, era bendita al haber pasado sobre los mosaicos del tejado.

En numerosas ermitas y construcciones, las tejas se marcaban con conjuros y signos a fin de evitar males a los edificios. Todavía pueden verse en en las paredes de nuestros caseríos cruces hechas con ladrillos de distintas tonalidades.

Diversas operaciones en el fabricación de tejasDiversas operaciones en el fabricación de tejas ("Oficios de ayer" de Jhon Seymour).