La confección de sombreros de fieltro

Según Luis Pirla García (1921) uno de los más expertos sombrereros de nuestro país, este oficio requiere los conocimientos y habilidades de otros tres: sastre, es decir, especializado en el manejo de prendas de tejido, tejedor, que domina el tratamiento de pelos y el propio del que elabora sombreros antes llamado “planchador” y que tienen distinta importancia según el sombrero que se elabore y que básicamente puede ser de fieltro, paja o tejidos.

Para la confección de sombreros de fieltro (que ocupan un lugar importante entre los de su clase), los sombrereros desde hace mucho tiempo compran en el mercado el fieltro conformado, (de forma parecida a una campana), siendo numerosos los proveedores (unos 25 hasta hace pocos años), entre los que destacaba Industrias Sombrereras Españolas de Sevilla, resultado de la fusión de tres empresas. Actualmente es importante la compra en otros países como Brasil.

La primera operación consiste en aplicar un apresto (el mejor es de goma-laca disuelta en agua o alcohol), en el interior del fieltro, para lo que antiguamente, en algunos casos, se utilizaba una suela de alpargata. Al propio tiempo se pone en contacto una esponja llena de agua con una plancha de unos 3,5 kg. de peso muy caliente, para lo que anteriormente se utilizaba carbón vegetal que se sustituyó por gas ciudad o butano, con lo que se produce gran cantidad de vapor, cubriéndose todo ello con el fieltro, hasta lograr que el vaho traspase el tejido que queda húmedo, blando y caliente. En la siguiente fase se coloca el filtro sobre la horma adecuada según el sombrero que se desea elaborar, estirándola manualmente por la parte inferior hasta lograr ceñirlo “meter en cintura” lo que suele requerir sucesivas presiones y estiramientos. El número de moldes que utiliza el sombrerero para conseguir distintos tamaños y formas es muy elevado del orden de doscientos. Anteriormente se construían de madera y actualmente de aluminio por lo que retienen mucho mejor el calor.

Conseguida la forma del sombrero, el artesano coge la cuerda de entallar (hacer el talle entre la copa y el ala) utilizando el “valoire” para situarla a la altura deseada.

Tras planchar los pliegues que hayan podido quedar hasta lograr su desaparición para lo que se utiliza la “media luna” se espera a que se seque, colocándolo al aire libre o bien utilizando una estufa. A continuación se coloca el sombrero sobre la “horma de alas” (antes de capas) introduciendo el fieltro en su agujero central dejándolo de nuevo a secar, para pasar a cortar el ala al tamaño deseado con el rondisoire, cosiendo la guarnición, cinta, badana y forro quedando presto para su uso.

Entre los útiles que han manejado los sombrereros destacan las planchas de hierro fundido, los “lisuar” de madera (para “polanzar” o armar), las hormas, el hormillón y el conformador, aparato que colocado sobre la cabeza permite conocer su forma fijándola en un papel (a una décima parte del área) que se utiliza para confeccionar el sombrero. También han sido necesarios el aro de metal, la caldela, las almohadillas, el trazo para alas, el baluar y el ensanchador, entre otros.