Elaboración del pelo

Para la fabricación de un buen número de sombreros, el fieltro de pelo (conglomerado no tejido de este filamento) es el material básico, cuya elaboración ha requerido tradicionalmente un proceso largo y premioso.

Los pelos utilizados han sido de castor, camello, vicuña, conejo, liebre, etc., solos o mezclados según la clase de fieltro que se desea obtener, siendo conveniente separar los del vientre de los del lomo por su distinta calidad.

Como el pelo habitualmente no tiene la suficiente disposición para convertirse en fieltro se lleva a cabo el “ensortijado”, para lo que antiguamente se colocaban las pieles en una infusión de malvavisco y consuelda mayor, y más tarde en diversas mezclas basadas en el nitrato de mercurio. Para la aplicación de cualquiera de estos preparados se extendían las pieles sobre una mesa o caballete y se peinaban con un cepillo circular de pelo de jabalí, que se iba mojando en la disolución hasta conseguir que se empapen al menos las dos terceras partes de su longitud. Cuando quedan bien impregnadas las pieles en la solución mercurial, se juntaban dos a dos, pelo contra pelo, para que la acción del mercurio sea uniforme, tras lo cual se secaban en una estufa de manera rápida, lo que era importante para el éxito de la operación, tomando el pelo un color amarillo dorado de intensidad variable, según las diferentes partes de la piel a la que pertenece.

Seis dibujos de Julen ZabaletaSeis dibujos de Julen Zabaleta, del proceso de elaboración de un sombrero de fieltro.

Una vez secas las pieles, se mojaban por el lado de la cama, con una esponja, empapada en agua de cal y se reunían dos a dos por la parte humedecida, apilándolas en montones de medio metro de altura; sobre la que se colocan piedras para comprimir entre sí las pielas y conseguir que penetrara mejor la humedad. Transcurridas de 12 a 15 horas quedaban blandas y suaves, procediendo a su secado, cepillándolas en sentido de la dirección del pelo para facilitar su corte, que anteriormente se hacía a mano utilizando una navaja y posteriormente con una máquina diseñada para esta finalidad.

Como los pelos cortados se hallaban frecuentemente mezclados con partículas orgánicas arrancadas a la piel, se separaban utilizando la sopladora y tras agregar pequeñas cantidades de lana de distinto origen, según la calidad del producto que se deseaba obtener, se procedía a su cardado y batido (que llevaba a cabo el “arqueador”) mediante un marco flexible fijo en el suelo. Colocado el pelo en un tejido de mimbres, muy tupido y atravesado por una cuerda, se le hace vibrar, con lo que se consigue mezclarlo, para con un golpe violento del marco obtener la capa de fieltro.

Cuatro fotografías de Javier CarballoCuatro fotografías de Javier Carballo, del proceso de elaboración de un sombrero de fieltro.