Entre Mutriku y Zumaya

Los pulpos se pescan durante todo el año durante el bajamar por diversos procedimientos como nasas, arpones, etc., siendo cada vez más importante la pesca submarina. Pero sobre todo entre Mutriku y Zumaya se utiliza una técnica manual con la ayuda de un señuelo y un gancho para sujetar el pulpo y extraerlo del escondite.

Llama la atención que la gran mayoría de los pescadores de pulpos son baserritarras que habitan en la costa y en sus cercanías, y que mantienen esta actividad como complemento, en muchos casos importante, de otra profesión siendo muy reducida la participación de los arrantzales profesionales.

El pescador, que habitualmente es un gran conocedor de la costa, sabe las rocas que utilizan los pulpos y las que albergan uno en concreto por la arena que acumula al entrar en su morada o las pequeñas piedras, caparazones de crustáceos y conchas que coloca en la misma. La siguiente fase es enseñar al pulpo oculto el señuelo (un palo generalmente con un trapo blanco o carnada con trozos de otro pulpo, en el extremo que se le muestra) para que salga de su guarida, momento que el pescador aprovecha para atraparlo mediante un gancho que en un lado está torcido para sujetar la presa y en el otro tiene una salabardo.

Algunos pescadores prescinden del señuelo y únicamente utilizan el gancho.

Los pescadores de la costa guipuzcoana manifiestan que el pulpo trata de agarrar el señuelo con tres tentáculos utilizando los cinco restantes para asirse a la roca por lo que hay que sacarlo al primer golpe o ceder el reclamo para darle confianza, lo que hace que el tirón del pescador sea más eficaz.

Una vez atrapado el pulpo para reducirlo se le da la vuelta a la cabeza (realmente al manto) y habitualmente con los dientes se le arranca una especie de boca con dos pequeñas pero robustas mandíbulas.

El pescador saca del agua el pulpo utilizando el ganchoEl pescador saca del agua el pulpo utilizando el gancho. (Foto Amaia Ros).

Pedro GorritibereaPedro Gorritiberea extrae con la boca el sistema que el pulpo utiliza para morder. (Foto Amaia Ros).

En otros casos, siempre con la boca, se le parte un pequeño nervio que tiene entre los ojos, lo que produce su inmovilización. También se logra inmovilizarlo golpeándolo contra las rocas.

La contaminación de las aguas les afecta muy negativamente sobre todo en los ojos, por lo que sus capturas se han reducido sustancialmente en relación con el pasado, considerándose actualmente muy buena jornada' cuando se llega a la veintena de pulpos, cuando en el pasado se llegaba a superar el centenar diario. Pedro Gorritiberea uno de los mejores especialistas, llegó a pescar 1.320 durante 1994.

Su precio varía entre los 700/800 ptas./kg. en fresco y las 5.000 y hasta 6.000, seco (mercado de Zarauz).