Un práctico singular: José Martins Rubeiro

La revista brasileña “Embarque do Práctico” (marzo/julio de 1999) reprodujo de la alemana “Stern” el reportaje titulado “Zé Peixe” (José Pez) que por su originalidad resumimos a continuación.

Sergipe es uno de los veintisiete estados o territorios en que se divide Brasil. Situado al noreste del país, su capital Aracajú con más de 300.000 habitantes, cuenta con un puerto en el Océano Atlántico que sigue manteniendo una notable actividad con no pocas dificultades en las operaciones de entrada y salida de los barcos.

Cuenta con el servicio de prácticos más modesto de Brasil, con tres profesionales, agrupados en una cooperativa. Ni siquiera disponen de una lancha que les lleve hasta los navíos que solicitan sus servicios, viéndose obligados a alquilar barcos dedicados a la pesca.

Pero el más singular de los “prácticos” es José Martins Ribeiro Nunes (1926) conocido como el “hombre pez”. Constituye toda una leyenda en aquellos parajes donde lleva más de 50 años desempeñando este oficio. A pesar de tan dilatada vida laboral no ha conseguido salir de la pobreza, al menos relativa, sintiéndose muy orgulloso sobre todo por las dos condecoracines concedidas por el salvamento de navíos en serias dificultades.

La revista Stern señala “José Martins queda por radio con uno de los grandes cargueros en encontrarse en una boya de la marina brasileña a 12 km. de la playa de Atalaia Dumpei, hasta donde acude nadando a esperar la llegada del barco. A veces tiene que aguardar toda la noche al retrasarse la arribada de la embarcación. Sube a bordo y semidesnudo ayuda al capitán, trabajando como un alucinado según Veja la conocida publicación brasileña, hasta atracar el buque en los muelles del puerto”.

RemolcadorUn remolcador recibe el cabo de un buque.(Foto de Javier Carballo).

Puerto de PasajesEntrada de un buque en el puerto de Pasajes. Dos remolcadores facilitan la operación.(Foto de Javier Carballo).

Cuando los barcos abandonan Aracajú “el hombre pez” les acompaña por el canal hasta alta mar. Un momento de gran espectación es cuando salta al agua como un pez volador con los brazos extendidos para volver nadando a una de las playas de la costa según la dirección y fuerza de las corrientes. Por esta circunstancia siempre sale de casa con unas monedas que lleva en un saquito atado a la cintura y que utiliza para pagar el medio de transporte cuando se aleja mucho de su domicilio.

José Martins “nada a unas 2.000 brazadas por kilómetro con la cabeza sobre el agua para que las medusas no puedan alcanzar sus ojos. No tiene miedo a los tiburones que a veces saltan a su alrededor, considerando mucho más peligroso al cazón porque apenas ve y ataca todo lo que se le pone delante, hasta neumáticos de coches”.

Este hombre que pesa unos 58 kg. y tiene la piel extraordinariamente endurecida, vive en una sencilla casa construida hace 150 años. En realidad es un héroe popular al que dan un trato de excelencia, aunque solo se calza para ir a misa. Es frecuente que pongan su nombre a yates, habiendo concedido numerosas entrevistas a la prensa escrita y a la televisión.

En 1937 le vio nadar un capitán de fragata diciendo que lo hacía “como un pez de los mares” llamándosele entonces por primera vez “Ze peixe”. El capitán de Porto Vinicius manifestó que “sólo nace uno como él (refiriéndose a José Martins) cada centenas de años”.