Los rejeros actuales: Los Martín-Ibarra

El matrimonio formado por Francisco Martín Ayestaran (1929) y Maite Ibarra Mariezkurrena (1937) inició su actividad como herreros en 1958, instalando su taller en el bajo de la casa Lekuona de Elorriaga (Nabarra), donde actualmente siguen en un pequeño local, poco iluminado y que sigue reuniendo todas las características de las instalaciones tradicionales.

En sus comienzos efectuaban todo tipo de trabajos atendiendo la demanda local y la de zonas limítrofes. Con el tiempo fueron derivando hacia la forja artística, actividad que desarrollan en la actualidad, fabricando rejas, barandillas, mesas, asientos, lámparas, camas y otros elementos decorativos de hierro, utilizando los métodos tradicionales de forja y construcción de elementos artísticos en hierro con todo el contenido artesanal de los maestros rejeros del pasado.

Carlos MartinCarlos Martin Ibarra trabajando en el taller familiar. Foto Javier Carballo. {12/96).

El aprendizaje lo realizaron en el propio taller, día a día, al tener que ir resolviendo los problemas que se les planteaban, ayudados por la observación de otros trabajos y la consulta de publicaciones especializadas.

Habitualmente los diseños son propios y se inspiran, tanto en trabajos ya existentes como en publicaciones especializadas que consultan con frecuencia, combinando las figuras tradicionalmente utilizadas, con su imaginación y buen gusto, tratando de adaptar el trabajo a realizar, al lugar donde va a ser ubicado y a las preferencias del cliente, que generalmente acude a éllos sin una idea clara de sus deseos.

Realizan sus diseños sobre papel y a tamaño real en el caso de las piezas decorativas, que son mostrados al cliente para su aceptación.

Inicialmente instalaron una fragua de mesa metálica que pronto fue sustituida por una construida de ladrillos y adosada a la pared del local, con una gran campana en la parte superior para la evacuación de los humos producidos en la combustión del carbón con el que calienta las piezas.

Asimismo, instalaron un gran yunque de unos 200 kgs. de peso, colocado sobre un grueso tronco de madera en el centro del taller y lo completaron con una cizalla de mano, un taladro de columna, soldadura autógena y un tornillo de pie o herrero, colocado en un banco de trabajo. Hacia 1965 incorporaron la soldadura eléctrica y hacia 1982, un pequeño martinete mecánico, y en 1.990 una curvadora.

En el taller, pueden observarse una gran cantidad de herramientas, tales como martillos de diversas clases y tamaños, así como mazos de mango largo de madera, planas, tajaderas, punteros, destajaderas, cortafríos, cuñas, estampas, plantillas, tases y tenazas de distintas clases y tamaños, una buena parte de las cuales las han fabricado ellos mismos, a medida que han tenido necesidad para la realización de un trabajo. Otros se han recogido de antiguos talleres de herrería que han ido cesando en su actividad.