Las condiciones laborales

Todas las labores se efectuaban a la intemperie y el trabajo no se interrumpía en el caso de adversas condiciones climatológicas, pues con lluvia los canteros cubrían su espalda con una piel de oveja, sujeta con tiras de cuero que se cruzaban por su pecho, y habitualmente se calzaban con botas de cuero (anteriormente albarcas). La comida la efectuaban en la misma cantera hacia el mediodía. Uno de los trabajadores calentaba en el fuego el cocido que cada uno traía de su casa (habas, alubias, cecina, etc.).

Hasta los años sesenta los canteros procedía de los caseríos cercanos, pero debido a la dureza del trabajo y a la oferta de puestos en la industria fue preciso buscar trabajadores en Galicia que con frecuencia vivían en barracones en la misma cantera.

Los primeros años cuarenta los canteros ganaban unas 900 ptas. mensuales con 2.296 horas de trabajo anual, para pasar a unas 1.100/1.200 mensuales una década más tarde, en ambos casos con afiliación de la Seguridad Social.