Canteras de aridos

El número de canteras de áridos ha sido muy elevado en nuestro País. En la memoria estadística del distrito minero de Guipuzcoa (Abril de 1925) se manifiesta "la abundancia de piedra de las calidades usuales y corrientes motiva, que en evitación de transportes, con frecuencia más costosos que el arranque, las canteras se abran ocasionalmente lo más cerca posible del lugar de aplicación de sus productos y sobre las carreteras o caminos vecinales. De ello resulta que las canteras son numerosas, pequeñas, de laboreo intermitente, todas a roza abierta, sin más excepción que las de Icharri-alde, y muchas se abandonan al terminar la obra que les dio origen".

El fuerte crecimiento de la demanda de materiales como el cemento o el hormigón, así como de aglomerado para pavimentación de carreteras, dio lugar a la explotación de un gran número de canteras (Añorga, área de Zumaya-Zestoa-Itziar, Mañaria, Lemona, Olazagutia, Etxegarate, etc.), donde se obtenían los áridos calizos necesarios para su fabricación.

Basta recordar que la producción del conocido "cemento natural de Zumaya" pasó de las 5.000 tn. de 1860 a 35.000 solo treinta años más tarde. Lo mismo ocurrió con el hormigón armado desde los años veinte y la demanda de aglomerado como consecuencia de la extensión y mejora de las carreteras.

Los sistemas de segregación de la piedra de la masa rocosa en nuestras canteras de áridos han evolucionado sustancialmente durante las últimas décadas, sobre todo al mejorar los medios empleados lo que ha afectado a los oficios necesarios en esta actividad.