El inicio de la fabricación de txistus

En nuestro país la necesidad personal de superar un reto, traducido en muchos casos en apuestas, ha sido, y en menor medida sigue siéndolo, una motivación importante para vencer las dificultades que supone realizar una tarea o un trabajo.

Algo de esto ocurrió con la elaboración de la primera flauta vasca por José Gancedo. Según relata el artesano, deseando adquirir un txistu para su hijo José Mª se encontró con que su fabricante Joaquin Landaluce de Bilbao tardaba más de medio año en suministrarlo. Unido lo anterior al escepticismo de Arcadio de la Torre, director de la banda de música de Amurrio, sobre la posibilidad de que José pudiera construirlo, hizo que lo intentara una y otra vez, en una habitación de su casa, de forma totalmente artesanal, logrando que sonara el primero de los varios que elaboró, en 1968.

Aquel difícil y singular inicio ha tenido un desarrollo importante, en buena medida debido a la colaboración de su hijo José Mª, músico y txistulari, hasta situarse actualmente en la vanguardia de los pocos constructores de txistus de nuestro país.

Es obligado destacar el carácter innovador de los Gancedo, tanto en producto, como en los materiales empleados y los procedimientos para su fabricación.