Pescadores de Bacalao

La pesca marítima ha sido una actividad tradicional de los habitantes de nuestro litoral con la que han cubierto una parte de sus necesidades alimenticias, obteniendo además con su comercialización, los ingresos para atender las exigencias personales o familiares más perentorias.

Es lógico suponer que fueron los cordeles, redes y cañas, hábilmente manejados por los pescadores, desde la costa, los inicialmente utilizados teniendo que esperar hasta el siglo XII para contar con noticias históricas como la pesca de ballenas. La opinión generalizada sostiene que su excesiva explotación dio lugar a la desaparición del litoral vasco con consecuencias negativas que se paliaron con la pesca de otras especies como el bacalao cuyas capturas se intensificaron avanzado el siglo XVI en caladeros como los de Terranova y Labrador, así como los de Groenlandia y en menor medida Islandia, norte de Noruega y mar de Barents. Sin embargo, Salma Huxley (1) manifiesta que “carece de fundamento la idea de que el descubrimiento de Terranova tuvo algo que ver con el exterminio de las ballenas en el Cantábrico”.

Hasta mediados del XVIII fue muy destacada la presencia de los pescadores vascos en los parajes que se conocían como Tierras Nuevas, con capturas que abastecían la fuerte demanda española de este producto, hasta que el Tratado de Utrech (artículo XV) acorado por Inglaterra, Francia y España en 1713, redujo sustancialmente nuestras posibilidades de pesca en la zona.

Esta actividad tuvo una gran importancia en Vizcaya y Guipuzcoa cuya economía se basaba en la obtención del hierro y su transformación en variados productos como las herramientas, que se completaba con la construcción de naos dedicadas a la pesca, siendo precaria la agricultura.

El inglés F. Bacon sostenía “que estas pesquerías (las del bacalao) eran de más provecho que todas las minas del Perú”. A principios del siglo XX el consumo español de bacalao se evaluaba en unas 40.000 Tn./año (2) que se abastecía con importaciones que costaban entre 25 y 30 millones de ptas./oro. Los ingresos de la Hacienda Pública por los aranceles de aduana que pagaban estas compras ocupaban el tercer lugar por importancia económica, detrás del café y el petróleo.garrantzi ekonomikoan, kafea eta petrolioarenaren atzetik.

Tras un letargo de dos siglos, desde el final del primer tercio del XX la presencia de los pescadores vascos en Terranova volvió a tener una notable entidad durante casi cincuenta años, hasta 1974, en que de nuevo sufrió un gran retroceso, del que no se ha recuperado.

Las condiciones de trabajo de los pescadores de bacalao han sido siempre extraordinariamente duras, entre las peores de cada época, sin una compensación económica acorde con las mismas, a pesar de lo cual los veteranos “arrantzales” recuerdan con nostalgia y reivindicación las largas y duras temporadas que pasaron en Terranova. Algunas poblaciones como San Sebastián han dedicado calles (pescadores de Terranova) a estos trabajadores.

Pescando bacalao en el siglo XIXPescando bacalao en el siglo XIX.

 

(1) Salma Huxley. Itxasoa 3. El mar de Euskalerria. La naturaleza, el hombre y su historia. Editorial Etor 1989.
(2) La pequeña historia de nuestros pescadores de bacalao. Francisco Garay Unibaso. El Campo nº 99. 1985. Páginas 3,7.