Operaciones finales

Se continúa pasando la horca al tercer grupo de máquinas, atendidas por un solo trabajador, en las que se termina de dar la forma y longitud correctas a las púas y se les templa o endurece. Para ello, el trabajador introduce las horcas en un horno alimentado por gas, de donde una vez calientes al rojo, se saca también sujetándola con tenazas y se introduce en un utillaje especial conformador accionado por aire a presión, que endereza cada una de las tres púas, al mismo tiempo que las deja paralelas entre sí.

A continuación, el mismo trabajador introduce la pieza, aún caliente, en el utillaje de una prensa, de forma que cada púa quede sujeta en un alojamiento, quedando visible solamente la zona de unión de todas ellas. El útil gira hasta dejar la horca en posición vertical, con las púas hacia abajo y la prensa aprieta la herramienta dando la forma adecuada, a lo que se puede llamar los "hombros" de la horca, para seguidamente, volver a girar a la posición inicial, extraer e introducir en la misma máquina en otro útil, que corta los extremos de las púas a la longitud adecuada y les da el filo.

Realizadas estas operaciones el forjador pasa la horca a otro útil, que por presión, curva simultáneamente todos los dientes, dándoles la forma conveniente, y finalmente y aún caliente la pieza, se introduce en agua, de forma que, enfriándose rápidamente, el acero adquiere la dureza necesaria para evitar deformarse y desgastarse con el uso a que va a ser sometida,  para a continuación proceder a un revenido en un horno eléctrico.

Seguidamente a cada una de las puntas de las horcas destinadas a usos agrícolas, se les da una forma afilada, calentando esta parte al rojo y golpeándola repetida y rápidamente en una máquina martilladora. Un trabajador experto realiza una última operación de acabado, inspeccionando todas las púas visualmente y golpeándolas a mano con un martillo, sobre un yunque, para, en el caso de que lo precisen, enderezarlas y poner paralelas entre sí. Así mismo, por golpeo, comprueba que no se vayan a romper al ser usadas.

Finalmente, la horca se granalla, se pinta y se le coloca el mango de madera, que puede ser de fresno,  introduciéndolo a presión en el tubo con la ayuda de un útil, y se almacena para ser expedida a los clientes.