La fabricación actual de las púas

Algunos modelos, como el de tres púas se siguen elaborando con los métodos de trabajo utilizados en los años cincuenta y sesenta del s. XX. El proceso comienza cortando un trozo de acero, con una forma aproximada de cruz, la preforma a partir de una llanta de 90x12 mm. de sección y longitud de 6 metros, lo que lleva a cabo en una prensa excéntrica para, seguidamente,  pasar al primer grupo de máquinas o célula, en la que dos forjadores van convirtiendo cada uno de los brazos de la cruz, en una larga púa, a base  de estirarlos y adelgazarlos en sucesivas y numerosas operaciones.

Proceso de elaboración de horcasProceso de elaboración de horcas. (Dibujo de Yulen Zabaleta).

Para conseguirlo, un trabajador calienta uno de los extremos (brazos) de la preforma en un horno de gas; una vez caliente la saca y sujetándola con unas tenazas por un extremo e introduciendo en una horquilla dispuesta sobre una mesa metálica y haciendo fuerza sobre la pieza, curva a mano y a ojo, uno de los brazos de la cruz, para seguidamente, dejar la preforma o pieza en bruto en una nueva mesa junto al otro forjador que, a su vez, la coge usando también una larga tenaza y la introduce entre dos rodillos excéntricos de una laminadora, que giran en sentido contrario.

Estos rodillos tienen en sus superficies hasta 13 ranuras cada una, en los que entra el brazo. A medida que giran, van comprimiendo y adelgazando, y a la vez, estirando el brazo.

El forjador, con habilidad y oficio, va metiendo y sacando la pieza caliente entre los rodillos sucesivas veces, pasándola de una ranura a otra, cada vez más estrecha, de forma que, poco a poco y tras 12 ó 13 pasadas, el brazo queda convertido en una larga y delgada púa de unos 50 centímetros de longitud, primero de sección cuadrada y al final redonda. El grado de estirado y el fin de la operación lo decide el trabajador, a ojo y en base a su experiencia. Terminada la forja de una de las púas, el forjador, siempre sujetando la pieza caliente con las tenazas, la devuelve a su compañero, quien la introduce de nuevo en el horno con objeto de calentar otro de sus brazos, al tiempo que le entrega una nueva pieza caliente.

De esta forma, tras los sucesivos calentamientos y pasadas entre los rodillos, cada uno de los brazos de la preforma inicial en forma de cruz, se va convirtiendo en una afilada púa o diente de la horca que se quiere fabricar.

Entre calentamiento y calentamiento, el trabajador que atiende el horno va doblando las púas, ya estiradas, a ojo, sujetándolas entre las puntas de la horquilla, de forma que su posición no interfiera las labores de manipulación y estirado de su compañero. Realizando todas estas operaciones, los dos trabajadores forjan una media de 56 horcas de tres púas a la hora.

Elaboración de horcasDos trabajadores formando equipo, el primer extrae las piezas del horno y los entrega al segundo que los elabora (Carmelo Urdangarin 03/2001).

Elaboración de horcasUn trabajador se dispone a sujetar con unas tenazas la preforma de lo que será una horca de tres púas, con uno de sus extremos al rojo, para adelgazarla y estirarla entre los dos rodillos de la máquina situada tras él. (Yulen Zabaleta 03/2001).

Elaboración de horcasA medida que se van formando cada una de las tres púas, el forjador los va curvando a mano poniéndolos en la posición adecuada. (C.U. 03/2001).

Elaboración de horcasLas cabezas de las horcas se obtiene laminando una llanta de acerdo más gruesa. (C.U. 03/2001).