Vaqueros

Muchos de nuestros antepasados se dedicaron al cuidado del ganado y, aunque el oficio ha perdido entidad, todavía los vaqueros siguen siendo relativamente importante. Sin embargo, dentro de los mismos los que se empleaban en el traslado a pie de novillos y toros, prácticamente han desaparecido, sustituidos por los desplazamientos en camiones en los que los animales van en cajones.

La organización de espectáculos taurinos en sus diversas modalidades -embolados, soka-muturra (toro ensogado), zezen-zusko (toro de fuego), encierros o corridas- cuentan con una tradición importante en el País Vasco y de manera singular en Gipuzkoa.

Entre otras referencias cabe destacar que Ramiro Larrañaga(1)  ya nos informó acerca de un festejo con muerte de dos toros, celebrado a mediados del siglo XII en Irure, en la confluencia de Eibar y Soraluze, y perteneciente a la jurisdicción placentina. A su vez, Imanol Elias (2) señala que ya en 1518 aparece el primer dato en Azpeitia y Koldo Lizarralde (3) que en 1686 los elgoibarreses "contrataron con una ganadería de Zamora para que trajeran cuatro toros para correrlos por las calles de la villa". En Deba, en esta época muy posiblemente también ya se corrían toros en los San Roques.

El exhaustivo trabajo de Iñaki Azkune Mendia (Zezenak Euskalerrian) aporta una gran información al respecto.

Por otro lado, es conocida la gran tradición navarra en la cría de reses bravas de casta propia y considerados "pequeños de alzada, escurridos de ancas, cara foscos, astiblancos y veletos con capa dominante roja, castaña o retinta y bravos, celosos y duros"(4). A partir del siglo XVIII son numerosas las referencias de ganaderías asentadas en Falces, Funes, Tudela, Corella, Larraga, Peralta o Valtierra.

 

(1) Un viejo festival taurino. Ramiro Larrañaga. Eibar (revista) Noviembre 1980.
(2) Guía histórica y taurina de Azpeitia. Imanol Elias.
(3) Toros en fiestas de San Bartolomé. Programa oficial Elgoibar 1995. Koldo Lizarralde Elberdin.
(4) Los toros en Navarra. Datos para la historia. I. Balezterra. Pamplona. 1932.