Sujetos a burros

La primera tarea del vaquero era la separación de la manada del ganado que deseaba trasladar, tarea que considera fácil gracias al conocimiento que tienen de cada animal.

Una vez lograda la separación para efectuar el traslado sin dificultades las vaquillas o toros, se ataban fuertemente al costado de un burro, pudiendo llevarse hasta dos vaquillas, una a cada lado. De esta forma el ganado bravo quedaba con sus movimientos muy limitados. Para los desplazamientos podían agruparse cuatro o seis vaquillas utilizando dos o tres burros.

A pesar de ello, se producían situaciones no deseadas como la que se dio en Deba (junto a San Josepe), en que la vaquilla destripó a un burro que murió. También a principios de los años noventa ocurrió algo parecido en San Nicolás de Lastur, aunque el animal sobrevivió. Recuerda Asensio Artetxe que hasta hace algunos años viajaban sin protección y actualmente se arropan los burros con sacos gruesos. Añade que "las vaquillas aprenden a desplazarse atadas".

Generalmente eran dos los cuidadores que acompañaban al sanado, aún en algunos casos en que solo se trasladaban una o dos vaquillas, bastaba un solo pastor.

En algunos casos, como cuando se desplazaban a Azpeitia, el recorrido se efectuaba en su mayor parte por monte, saliendo del Barrio de Arriola, pasaban por Itziar, Aldazabal, cercanías de Ciolar, para, desde allí, tomar el camino a los caseríos Olazabal.

De este punto bajaban a la resata de Goltzibar para ascender sobre Cestona y situarse en la ladera este de Izarraitz, por donde seguían pasando por encima de Lasao, hasta el mismo Azpeitia.

En tiempo de Carnavales, debido a que el retorno se efectuaba ya oscurecido, hacían todo el camino por carretera, pasando por Cestona, Arrona e Itziar.

Hasta los años anteriores a la guerra civil el traslado a Tolosa, debido a la distancia, requería dos jornadas de ida y otras dos de vuelta, a pie.

VaquillasDibujo representativo del traslado a pie de vaquillas en nuestro País. Dibujo J.L. Treku.

Asensio ArtetxeAsensio Artetxe de la ganadería de Marqués de Saca preparado para iniciar el traslado de una vaquilla sujeta a un burro. Foto cedida por Antxón Igarza.

Traslados en camiónAunque los traslados sean en camión la conducción de las vaquillas sigue requiriendo experiencia y habilidad. Foto cedida por Antxón Igarza.

Partían de Arriola y seguían el camino descrito anteriormente hasta Azpeitia, para desde esta población, seguir por carretera hasta Regil donde pernoctaban. La segunda etapa transcurría totalmente por carretera desde Regil a Tolosa con un total de unos 15 km. Después de dos o tres días de estancia en Tolosa, los cuidadores, las vaquillas y los burros volvían por el mismo camino.

Más sencillos eran los desplazamientos a otras poblaciones, como Placencia, que se efectuaban totalmente por carretera, bajando de Arriola a Artzabal y pasando por el centro de los núcleos urbanos de Mendaro y Elgoibar (por la calle San Francisco), así como por Málzaga. El retorno se efectuaba por el mismo camino y entrada la noche.

La poca circulación de vehículos a motor permitían estos traslados por carretera, que se efectuaba sin ningún tipo de problemas, ni siquiera al cruzar los núcleos urbanos.

Lo mismo ocurría con los desplazamientos a Mutriku, en los que el ganado, cuatro o cinco vaquillas, atado a dos o tres burros bajaba de Arriola a Osio, cruzaba el puente sobre la ría y se trasladaban al destino volviendo por el mismo camino en una jornada.