Los talleres existentes

Hay constancia de que hacia 1916-18 Pedro Goenaga, originario de Irun y que había trabajado anteriormente en Eibar, se instaló en Deva montando un taller en el bajo y las 1ª y 2ª plantas de la casa “Pericotxato”, en donde fabricaba tijeras, sacacorchos y cuchillos. Hacia 1924 llegó a tener unos 20 trabajadores, trasladándose a Rentería algo antes de 1936.

A mediados de la década de los 40 se crea en Deva la empresa Industrias de Deva S.A., fruto de la iniciativa de los eibarreses Pedro Careaga y Remigio Echeverría, dedicada a la forja y fabricación de tijeras. De esta empresa salieron los hermanos Azpiri que se instalaron en el barrio de Arzabal de Deba elaborando diversos tipos de tijeras y material quirúrgico.

Hacia 1945 se constituye en Motrico la empresa Ituarte, Arizmendi y Cia (Betico) en la que participan entre otros tres trabajadores procedentes de Eibar, y que instalada en un bajo en la parte posterior a la iglesia trabajó siguiendo procesos muy manuales.

Algo mas tarde I. Beristain realiza trabajos de pulido en un bajo junto al frontón de Mutriku con otros cuatro trabajadores y hacia 1948 se asocia con Juan Egurbide instalándose junto al convento de Santa Catalina con el nombre de Egabert y al poco tiempo en la zona de San Nicolás de la misma población en donde ingresa el grueso de los trabajadores de Ituarte, Arizmendi y Cía, En 1952 se transforma en Industrias Quirúrgicas Reunidas, Motric, y después en Aesculap Motric S.A con capital alemán fabricando tijeras para usos sanitarios y otro material quirúrgico, y manteniendo actualmente su actividad.

Mientras tanto Luis Mª Azpiri se incorpora en 1950 a Ituarte, Arizmendi y Cia, y se hace cargo de su gestión trasladándose al poco tiempo a Deva, en donde con el nombre de manufacturas Jomi llego a ocupar a unos 20 trabajadores hacia 1970, manteniéndose en activo hasta 1990.

El proceso de elaboración exigía una primera operación de forja con estampa, por lo que la mayoría de los pequeños talleres de la zona mencionada, que no disponían de esta instalación, compraban las piezas forjadas en bruto en Altuna, Mendizábal y Cia, mas tarde Altuna, Garay y Cia, de Mondragón (que además de forjar para otros fabricantes también terminaba completamente la fabricación de tijeras) Seguidamente las acababan siguiendo procesos muy manuales y laboriosos. Otras iniciativas se asociaron con empresas de forja por estampa, para de esta forma controlar totalmente el proceso de elaboración de las tijeras.