Los fabricantes de tijeras en la segunda mitad del siglo XX. El nucleo Deba - Motrico

En los años inmediatos posteriores al final de la Guerra Civil surgen, principalmente en Guipúzcoa, una serie de fabricantes de tijeras que se concentran en su mayoría en la cuenca del Deva.

La aparición de diversos talleres dedicados a la fabricación de tijeras fue favorecida por la política de autarquía propiciada por los gobiernos de aquella época con las fronteras cerradas a la importación de casi todo tipo de productos. Así como por la existencia de una demanda no satisfecha, y por los conocimientos técnicos en la transformación del hierro, la tradición y el saber hacer de los trabajadores de la comarca.. El volumen reducido de las inversiones necesarias para fabricar estos productos permitió que fueran varios y en su mayoría de reducidas dimensiones los talleres que se dedicaron en los primeros años a esta actividad.

En 1944 son catorce los fabricantes de tijeras que aparecen en Guipúzcoa, de los que doce están en el valle del Deba, uno en Irun y otro en Zarauz, aunque posiblemente existían mas, en general de pequeño tamaño. En Deva y Motrico surgió un pequeño núcleo de fabricantes, alguno de los cuales se mantuvo activo hasta inicios de la década de los 90 del siglo XX.

Las diversas empresas de este núcleo estuvieron muy relacionadas entre sí, siendo unas el origen de otras y habiendo existido frecuentes movimientos de los trabajadores entre ellas.

Taller de tijerasReconstrucción de un taller de tijeras de hacia 1945. A la izquierda un grupo de pulidores da forma a las hojas de las tijeras utilizando poleas y piedras abrasivas que son movidas por un sistema de poleas. El trabajador situado en primer plano taladra el orificio central de las piezas y el que está situado a su derecha procede a aparejar tijeras. (Dibujo de Yulen Zabaleta)

El origen de las dos primeras, una de ellas en Motrico y la otra en Deva, esta en empresarios o trabajadores especializados originarios de Eibar, que por diversas causas salieron de su ciudad de origen en los difíciles años de la posguerra. De estos dos talleres iniciales nacieron otros fundados por trabajadores que habían adquirido conocimientos en los primeros. Este fue un proceso de creación de empresas muy característico y extendido en esta comarca.

El proceso de elaboración de tijeras seguido a mediados del siglo XX siguió teniendo un gran contenido manual y semiartesanal, a pesar de efectuarse en industrias y de elaborarse en series largas de piezas iguales. La mano de obra era poco cualificada e iba aprendiendo a medida que desarrollaba su trabajo, utilizando poca maquinaria e instalaciones sencillas.

Todo ello se debía a la especial geometría de las tijeras que fabricaban, con diversas superficies curvas que dificultaban su mecanización. También a la demanda del mercado que apreciaba unos acabados superficiales muy finos y brillantes (pulido espejo) que difícilmente se podrían conseguir en la época por medios que no fueran manuales.

Esta situación se reforzó por las necesidades de ajuste entre dos piezas diferentes y un “buen andar”en la mano del usuario, que solamente se conseguía ajustando y arreglando tijera a tijera manualmente.