El lacreado

En ocasiones las marcaciones de algunas piezas de menor tamaño se coloreaban con lacre de colores rojo y verde, y en ocasiones negro, para destacar los signos y las graduaciones que iban desde la referencia cero a central, bien hacia la izquierda o hacia la derecha. Esta operación se verificaba de la siguiente forma: primero se calentaba la pieza en una lamparilla de alcohol, después se aplicaba sobre la zona grabada el extremo de la barra de lacre del color correspondiente, que al derretirse cubría completamente el grabado realizado. Una vez que se enfriaba completamente la pieza se procedía a eliminar el lacre endurecido mediante el empleo de un trozo de piedra pómez con el que se frotaba, utilizando aceite, hasta que se eliminaba el lacre sobrante y quedaban coloreados solamente los trazos grabados. En ellos el color se mantenía firmemente adherido gracias a unas incisiones que los grabadores efectuaban en su fondo con los buriles. De esta forma quedaba toda la superficie de la pieza al mismo nivel, detalle que no se obtenía con el uso de pintura.

Ramiro Larrañaga y Yulen ZabaletariRamiro Larrañaga (derecha) muestra a Yulen Zabaleta un buril de “esku aide”.(Foto José María Izaga)