Primeras referencias

La primera referencia que hemos encontrado de Toberagile nos la aporta Luis Miguel Díez de Salazar en su libro Ferrerías Guipúzcoanas, citando un documento de 1568 que menciona “dos ferrerías mayor y menor con sus molinos”, sin que quede claro si son nuevas o una reedificación de instalaciones anteriores. También nos informa que en 1591 seguía plenamente labrante, siendo su ferrón Pedro de Ubillos, al que se le embarga la presa y los barquines o fuelles por incumplimiento de un contrato firmado para hacer 2.500 docenas de herrajes.

ToberagileVista del conjunto de Toberagile en su estado actual (año 2002). (Dibujo de Yulen Zabaleta).

En 1617 su ferrón era Juan Pérez de Altuna, quien según el mismo autor, solicitó permiso para llevar en carretas hasta Urrestilla, los carbones que tenía en los montes de Aldaba (Tolosa), pues la ordenanza provincial prohibía el paso de carros herrados por los caminos comprometiéndose el solicitante a reparar los daños que pudiera originar.

De la misma forma sabemos que en 1625 seguía en activo dotada de un martinete, y que al menos en el siglo XVIII se trabajaba el cobre, siendo esta nueva especialización la que le va a caracterizar en el futuro constituyendo un nuevo e importante eslabón en la continuidad de su actividad.

Interior de la ferrería AzkueInterior de la ferrería Azkue, "la mayor", en Ibarra en 1917. El calderero martillador sentado junto a la cabeza del martillo, sujeta con sus manos por medio de tenazas, el cuenco de cobre que va moviendo entre golpe y golpe, dándole la forma deseada. (Fototeca Kutxa. Fondo Marin).