Aitatxarka

Los navarros Tarsicio Rey Bakaikoa (Olite 1957), educador social de adultos y Patxi Fuertes Quiñones (Villafranca 1960) licenciado en Bellas Artes y profesor de la Escuela Navarra de Teatro, iniciaron su relación haciendo un trabajo de escenografía para esta entidad.

Desde los primeros años noventa del siglo XX vienen colaborando en la fabricación de gigantes y cabezudos, con la enseña Aitatxarka, como complemento a sus actividades profesionales para lo que disponen de un taller en Muru-Astrain (Navarra).

Esta actividad en gran medida vocacional les permite desarrollar sus capacidades artísticas empleando tecnologías tradicionales aunque sin renunciar a las innovaciones.

 

Los productos

Entre los artesanos que fabrican gigantes, cabezudos y figuras similares, utilizando sistemas tradicionales, no existe una especialización clara en razón de los productos que elaboran, posiblemente por el dominio, en muchos casos, de las tecnologías que pudieran considerarse básicas, lo que les permite construir lo que los clientes les demandan y realizar trabajos de reparación en las figuras que lo requieren.

Tarsicio Rey y Patxi Fuertes (Aitatxarka) utilizan el cartón-piedra en el 90% de los casos, elaboran kilikis (los que llevan vejigas), zaldikos que también pegan, cabezudos que representan a la autoridad y llevan un bastón y cabezas y manos gigantes.

Los kilikis pueden ser para niños (de unos 40 cm. de altura) o para adultos (de 60), destacando entre los mismos los caravinagre. A su vez los cabezudos infantiles (450 cm.) y los mayores (de unos 600).

Al igual que en otras actividades artesanales importantes, en escasas ocasiones estos trabajadores firman las obras que llevan a cabo.

 

El proceso productivo

La elaboración tradicional de estas figuras requiere una dilatada experiencia y notables habilidades manuales, en un proceso que puede considerarse comparativamente largo. Conviene señalar que dentro estos procedimientos, cada artesano utiliza sus propios sistemas productivos. En este caso se recogen los específicos de Aitatxarka.

Proceso de producción

Proceso de producción

Las figuras de gigantes están formadas por una parte superior compuesta por la cabeza, cuello y hombros que se moldean en cartón piedra, y el resto del cuerpo, salvo las manos, no es sino un armazón de listones de madera, recubierto por ropajes, y dentro del cual se introduce la persona que los transportan. En el caso de cabezudos no se utilizan los bastidores. En ambas circunstancias es la parte superior y las citadas manos, las que requieren el trabajo y habilidad de los artesanos.

Para su fabricación se parte de un modelo de la figura realizado en barro, de las dimensiones que se desea obtener, del que se saca un molde de escayola que forma una cavidad con la silueta en su interior.

Sobre esta superficie el artesano aplica láminas de cartón piedra reblandecidas, que se adaptan y toman la estructura de la superficie del molde, de forma que una vez retirado éste queda la figura deseada.

El artesano lleva a cabo todo el proceso de trabajo manualmente, utilizando sencillas herramientas.

Para construir el modelo de barro, evitando la utilización de una gran masa de este material y su consiguiente peso, el artesano lleva a cabo lo que será un relleno de madera y papel de las medidas adecuadas de la figura que se desea construir y que va a servir de soporte al conjunto.

El artesano de Aitaxarka realiza una operaciónEl artesano de Aitaxarka realiza una operación.

Las operaciones

Para ello se parte de un disco que hace de base, sobre el que se colocan cuatro tablas, de madera contrachapada, en forma de cruz como puede comprobarse en el dibujo adjunto.

Se pasa a continuación a rellenar los huecos de la estructura anteriormente descrita, con papeles, que pueden ser periódicos u otros que estén secos, sujetándolos con cuerdas. La siguiente operación es cubrirlo con una malla de alambre con lo que se logra darle la consistencia deseada.

Se continúa cubriendo el conjunto con barro, empleado en la alferería, hasta alcanzar un espesor deseado, utilizando las manos y ayudándose con numerosos palillos de modelado. Esta operación de esculpido es muy importante para obtener los rasgos deseados (ojos, nariz, boca, orejas, etc.) y en general de la figura que se trata de lograr.

Durante el tiempo que se interrumpe el trabajo, se cubre la figura con un paño húmedo o un plástico que evita que el barro se seque.

Una vez esculpida la cabeza en barro se procede a extraer el molde de escayola.

Para ello, se prepara la escayola en una palangana mezclándola manualmente con agua hasta que flote “le salga el copete” procedediendo a “salpicarla con la mano sobre el conjunto, de abajo arriba” evitando que se formen burbujas, siendo muy importante la buena colocación de la primera capa.

Previamente a la aplicación de la escayola, el artesano ha introducido en el barro “chapas de latón” perpendicularmente a su superficie aunque no totalmente y con una profundidad de aproximadamente un centímetro, que divide en distintas partes a la escayola a aplicar y que permitirán que el conjunto del molde pueda separarse en distintos trozos.

Según Tarsicio Rey este proceso es posible porque la escayola y el barro no se adhieren entre sí. Tras su endurecimiento se procede a aplicar una segunda e incluso una tercera capa de escayola mezclada con estopa hasta conseguir un espesor adecuado.

Una vez endurecido el conjunto se quitan las “chapas de latón” y se separan los trozos de escayola que han formado una especie de cáscara dividida en partes y se limpian con agua.

Por otro lado se corta en trozos el cartón-piedra del grosor deseado adquirido en el comercio, procediéndose a su humedecido con una mezcla de agua, cola carpintero y engrudo de harina, y se van aplicando estos trozos manualmente sobre la cara interior del molde y presionando con los dedos cuidando de que las láminas se adapten totalmente a la superficie y tomen su forma.

Seguidamente se vuelven a unir estas partes de escayola entre sí utilizando cola, que se plica con una pistola termoplástica, y se obtiene el modelo con la forma de la figura completa que a continuación se utilizará para construir la cabeza o manos deseadas.

Para ello, empleando una brocha, se impregna toda la superficie del molde con un desmoldeante (vaselina) con el objeto de evitar que en posteriores operaciones se pegue el cartón piedra.

Habitualmente se aplican tres capas de distintos colores, en cada una de las partes del molde, para a continuación dejar que se seque durante un tiempo, dependiendo de la climatología, al sol (lo más conveniente), o con estufa.

Una vez seco se desmonta el molde de escayola obteniendo la figura final en cartón piedra, que seguidamente se emplasta en todo su exterior con una brocha, utilizando una mezcla de calamina y cola blanca de carpintero, tapándose los poros con pintura acrílica blanca para proceder de nuevo a su secado.

A continuación se pinta, con pintura acrílica, tarea en la que el artesano desarrolla su creatividad utilizando brochas y pinceles.

En caso de tener que vestir las figuras subcontratan esta labor.

Una fase del proceso productivoUna fase del proceso productivo.

Extracción de la figuraExtracción de la figura.

Retocando una cabezaRetocando una cabeza.

Proceso productivoEl proceso productivo requiere una notable habilidad y experiencia.

Tarsicio ReyTarsicio Rey junto a una cabeza en fase final de elaboración.

 

La comercialización

Prácticamente todo lo que se produce en Aitatxarka es por encargo.

Los canales habituales de comercialización son cuatro tiendas en Pamplona y las ferias a las que acceden, la medieval de Olite, Errenteria y alguna otra organizada por Arbaso. También las informaciones verbales de los usuarios de los productos que fabrica Aitatxarka a los posibles clientes, son fuente importante de pedidos.

Los precios de venta se establecen teniendo en cuanta el coste de los materiales que van a necesitar y las horas a emplear a las que se aplica una tasa.

Cara - vinagresCara - vinagres.