Los grabadores

De entre las labores y oficios que surgen con esta nueva técnica de impresión destacan los grabadores de las piedras litográficas, también llamados grabadores de artes gráficas, Dibujantes y verdaderos artistas que, además de concebir y diseñar la imagen a representar, inicialmente sobre papel, la grababan sobre la superficie de la piedra utilizando buriles y raspadores,

Este oficio requería, además de formación y experiencia, cualidades innatas para el dibujo, el diseño y la representación gráfica, así como buen pulso, destreza manual y excelente vista.Los buenos grabadores eran muy apreciados y trabajaban, o bien de forma independiente o en talleres de litografía.

Un buen ejemplo fue José Álvarez Flores, nacido en Madrid en 1891 y residente en Tolosa desde 1892 .  Aprendió el oficio con su padre, quien a su vez se había formado con su abuelo, habiendo ambos trabajado para la Casa de la Moneda en Madrid. Desde muy joven estudió dibujo en Tolosa y se inició en el oficio trabajando en su propio domicilio de la calle Rondilla, realizando trabajos sobre pedido para diversas litografías de la zona.

Participó como voluntario en la guerra civil, con el grado de comandante, siendo a su término  perseguido, lo que le obligó a desempeñar su oficio de incógnito durante unos años, saliendo a la calle solamente por las noches. En este período su esposa se ocupó de relacionarse con la imprenta para la que trabajaba haciendo de enlace entre ambos y transportando las piedras grabadas.

Su labor consistía en diseñar bocetos y grabar piedras litográficas para cabeceras de impresos comerciales de empresas, carteles, portadas de fundas de discos, láminas de acciones de empresas,  pólizas de seguros, certificados con enmarcados y floreados para dificultar su falsificación y todo tipo de imágenes que le encargaban. Al igual que sus antecesores realizó trabajos para la Casa de la Moneda, entre otros papel moneda y sellos.

Piedra grabadaPiedra grabada para litografíar un papel envoltorio de tabletas de chocolate. Todos los trazos son incisiones realizadas a mano con buril. Los sombreados se obtenían con una mayor proximidad del rayado. Fue grabada por José Alvarez Flores hacia 1936. Foto J.R.Alvarez.

El grabado de una piedra litográfica y su correspondiente boceto inicial podía ocuparle entre 15 y 30 días, a jornada completa, dependiendo de la complejidad, detalle y tamaño del dibujo, por lo que cobraba entre 500 y 1.000 pesetas en los años 1939-1940. En unos casos, los demandantes le aportaban la piedra usada de la que tenía que eliminar un grabado anterior ya no utilizable. En el caso de aportar él la piedra, que importaba de Alemania, añadía 500 pesetas al importe de su trabajo.

Era muy apreciado por las empresas impresoras y con el tiempo, su trabajo fue bien retribuido. Dejó su actividad a los 75 años.

Antes, y durante un año, enseñó el oficio a sus dos hijos, José Miguel y  Ramón Luis, hasta que un día rompió la piedra sobre la que trabajaban, manifestando que no era un oficio para ellos, pues no tenía porvenir. Y los encaminó, hacia otras actividades dentro del mismo sector de las artes gráficas, dándoles una buena preparación en base a sus conocimientos y experiencia.

En aquella época, la impresión de imágenes por el método de la litografía, estaba siendo empezaba a ser sustituida por otros sistemas, que hicieron que cayera en desuso hacia la década de los setenta del siglo pasado. Hoy las piedras que aún se conservan, son buscadas y apreciadas por su belleza y su valor histórico.

De las elaboradas por José Álvarez, su familia solo conserva una,  grabada para litografiar láminas de papel destinadas a envolver pastillas de chocolate de "La Montañesa, Fábrica de Chocolate, Astillero, Santander", con una representación del edificio de la empresa y la descripción del producto, rodeados de adornos.

IndustrialesIndustriales de la zona de Tolosa. Sentados de izda. a dcha.: José Alvarez Flores, xxxxxxxxx, Carlos Zanoni, Hnos. Elosegui. Arriba de izda. a dcha.: xxxxxx, Vizconde del Cerro Sr. Zabala, xxxxxxxx