El proceso del grabado

Dado el alto precio de una piedra nueva, frecuentemente se utilizaba una ya grabada anteriormente y fuera de uso. Para ello era necesario borrar previamente la imagen anterior frotándola con piedra pómez para a continuación dar una fina capa de goma arábiga, con el objeto de evitar que sobre la superficie se adhiriera el sudor y grasa de los dedos del grabador que podían dificultar posteriormente la necesaria impregnación con agua. Estos trabajos eran  realizados habitualmente por un aprendiz.

Utiles de trabajoUtiles de trabajo del grabador litográfico. Buriles (de acero los tres de la izquierda y de diamante los dos de la derecha), el tampón para entintar, el "cuenta hilos" o lupa y la piedra de afilar buriles en su caja de madera. Todo ello junto a una piedra grabada para litografía. Foto J.R. Alvarez.

José Álvarez iniciaba su labor realizando un boceto a mano sobre papel, que presentaban al cliente para su aprobación. Una vez conseguida, pasaba a representar la imagen deseada sobre la superficie de la piedra, para lo que comenzaban grabando a mano la imagen invertida o simétrica sobre una lámina fina de celuloide (0,2 mm.), utilizando un buril, para a continuación dar a esta lámina una capa de polvo azul, que se introducía en las ranuras o incisiones y era eliminado del resto de  la superficie lisa soplando sobre ella y pasando un paño.

Seguidamente daba la vuelta a la lámina y aplicaba o apoyaba sobre la superficie de la piedra, haciendo presión sobre la parte posterior del celuloide con un rollo de papel suave terminado en punta, que el artista manejaba con su mano, de forma que, por contacto, el polvo azul contenido en las ranuras pasaba a la piedra, dejando sobre ella marcada la imagen a representar, que aparecía nítidamente cuando se levantaba la lámina de celuloide.

GrabadorEl grabador, inclinado sobre la piedra, va grabando la imagen con el buril que maneja con una sola mano. El detalle del dibujo le obliga a usar para su trabajo una lupa o "cuenta hilos". Foto J.R.Alvarez.

De esta forma tenía ya representada una primera imagen sobre la piedra que le servía de guía y referencia, para a continuación efectuar la labor de grabado llevando los buriles y raspadores, manualmente, sobre los trazos marcados en polvo azul, lo que le facilitaba su labor y reducía el riesgo de errores.

Este trabajo de grabado sobre la piedra, que era el más importante del proceso, requería toda su atención, ocupaba la mayor parte de su tiempo y evidenciaba su habilidad  así como el dominio de la técnica que exigía el oficio.

GrabadorUna vez que los perfiles de las letras gruesas y otras partes de la imagen han sido marcadas, graba o rellena su interior con un buril de punta mas ancha. Es lo que se llama "macizar". Para esta operación no precisa aproximarse tanto a la piedra. Foto J.R.Alvarez.