El origen de las angulas

A pesar de que la anguila es un pez muy conocido, durante mucho tiempo se ignoraba como se reproducían, lo cual dio pie a muchas hipótesis y en muchos casos a leyendas descabelladas.

Desde Aristóteles se creía que las anguilas nacían del barro, hasta que en 1684 el italiano Redi comprobó que las anguilas adultas descendían de los ríos y salían al mar, y las jóvenes ascendían a los ríos de agua dulce desde el mar, pero nadie sabía entonces que la anguila era catadrómica, que vivía en los ríos y desovaba en el mar.

Sin prever su vinculación con las anguilas, en 1856, un biólogo alemán capturó en el estrecho de Messina de Italia, un ser de aproximadamente 75 milímetros de longitud, plano y transparente, con forma de hoja de laurel y con una cabeza muy pequeña, que lo denominó con el nombre de Leptocephalus brevirostris. Cuarenta años más tarde, en 1896, los científicos italianos Grasi y Calandrucio, comprueban que varios ejemplares de Leptocephalus que tenían en un acuario, inician una metamorfosis y se convierten en alevines de anguilas.

El biólogo danés Johannes Schmidt, que dedicó parte de su vida al estudio de las anguilas, fue siguiendo por todo el Océano Atlántico, desde el año 1904, la migración y el desarrollo de la larva leptocéfalos y descubrió que las más pequeñas, de 2,50 mm., las capturaban en el Mar de los Sargazos, al sur del archipiélago de las Bermudas, lo que le llevo a la conclusión de que era el lugar en donde las anguilas realizaban la puesta de los huevos, entre los meses de marzo y junio y a una profundidad de 400 a 1000 metros.

Los millones de larvas que nacen de los huevos, son arrastradas por las corrientes y los vientos del Atlántico, recorriendo seis mil kilómetros durante aproximadamente tres años; alcanzan un tamaño de aproximadamente 75 mm. y llegan a la plataforma continental europea, entonces reducen su longitud y la anchura de su cuerpo transformándose en angulas.

Angulero