La chalana, txanela o ala

Tradicionalmente las embarcaciones empleadas para la pesca de la angula, han sido la “txanela” en los ríos Deba y Urola y la “ala” en el río Oria.

La “txanela” era una lancha muy común en nuestros ríos, que se empleaba principalmente para la pesca y en ocasiones para el transporte de uno a otro lado del río. Todavía pueden verse algunas, atadas a las estacas en las riberas de nuestros caseríos.

Se trata de una embarcación de madera de 5 ó 6 metros de eslora, de 1,50 ó 1,60 de manga y 0,50 ó 0,55 de puntal, con fondo plano, con proa de roda y popa ancha y plana. Normalmente se pintaban con brea ó alquitrán negro.

En el río Oria también hay “txanelas”, pero las embarcaciones más propias son las llamadas “ala”. Construidas de madera, de dimensiones superiores a las de las “txanela”, de 8 ó 9 m. de eslora, de fondo plano y de popa ancha y plana, con una proa sin roda, chata y puntiaguda, en forma de cuchara, para poder atracar de frente en las playas y en los limos.

También se adaptaban para la pesca “alas” de mayores dimensiones, de 10 ó 12 metros de eslora, antiguamente llamadas “gallupas”, utilizadas para pasar personas, mercancías e incluso ganado de un lado al otro del río, así como para transportar arena de la playa de Torretxo hasta Mapil de Aginaga.

El sistema que se utiliza para el desplazamiento o navegación de todas estas embarcaciones es el de cinglar, llamado “zingan” en el Deba y en el Urola y “polaiñan” en el Oria, y consiste en mover un remo especial ,de mucha pala, en la popa de la embarcación, rotándolo de derecha a izquierda.

El fondeo de las embarcaciones se realizaba con dos fondos, uno por proa y otro por popa. Se trataba de dos perchas o palos largos que en la punta llevaban unos cuernos metálicos a modo de ancla que se hincaban en el fondo del río; también los había con una rueda de seis púas metálicas. Cuando se anclaban cerca de la orilla se utilizaba un palo con punta de lanza llamado punzón o “puntxeta”, que se clavaba verticalmente en el lodo del fondo. La sujeción de las perchas o “puntxetas” a la embarcación se realizaba con cadenas.